Está joya del catolicismo está situada a los pies de los Pirineos, su cueva es famosa en el mundo entero, y es una de las tres ciudades más visitadas de la Cristiandad.
Fue allí donde Bernadette Soubirou fue testigo de 18 apariciones de la Virgen María en el siglo XIX. Desde aquel entonces, el Santuario atrae a peregrinos de todo el planeta.
Al entrar en la Basílica, descubrirán la magnitud de la ofrenda a Nuestra Señora del Rosario y luego siguiendo el río Gave, llegarán a la entrada de la cueva. Allí se encuentra la estatua de Nuestra Señora de Lourdes y tienen lugar distintas misas a lo largo del año. El agua es un reclamo por sus supuestas cualidades sanadoras, y los peregrinos pueden acceder fácilmente a las fuentes.